Ni un ‘selfie’ sin maquillaje.
L’Oréal reinventa su estrategia para adaptarse a la transformación que ha supuesto Internet en el mercado de la belleza.
Desde que Apple incrustara una cámara frontal en el iPhone en 2010, y después el resto de fabricantes de
móviles, el fenómeno selfie no ha dejado de crecer en las redes sociales. “El 85% de los jóvenes que tienen
una cuenta en Instagram publican autorretratos. La belleza es el tercer tema de discusión en la web.
El maquillaje es cada vez más una fantasía que transforma la vida”, explica Leïla Rochet-Podvin, responsable
de Cosmetics Inspiration & Creation, consultora especializada en belleza, durante un viaje con periodistas
invitados por L’Oréal a California este mes para explicar su estrategia frente a los cambios que impone la
era digital. El objetivo es ser guapo, y si eso lamentablemente no es posible, al menos ser diferente o,
como se dice ahora, singular.